Exposición | Rosario Carrillo
Exposición de la pintora Rosario Carrillo, «El mirar y el ver».
Esta exposición permanecerá abierta desde el día 19 de Abril a las 20:00 horas hasta el día 17 de Mayo, el horario será en días laborables de 10:00 a 13:30 y de 17:00 a 19:30, salvo los viernes que será de 09:00 a 15:00 horas.
La artista
Nacida en Madrid, hija de pintor, Luis Carrillo Torres, con quien trabajé desde muy temprana edad. Finalizados los estudios en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, durante los cuales fui auxiliar en escultura con el profesor Juan Luis Vasallo y realicé la especialidad postgrado de Mural con Manuel López Villaseñor.
Premio de Paisaje fin de Carrera y beca de dos años para la preparación del Profesorado de E.M. Profesora de Dibujo Técnico en la Facultad de Físicas de Madrid. Licenciada en Historia, Geografía y Arte en la Facultad de Filosofía de la Universidad Complutense de Madrid y completados los cursos de doctorado. Memoria de licenciatura con Don Diego Angulo Íñiguez sobre pintores belgas y holandeses del siglo XVI.
Ampliación de estudios con tres años de residencia en la capital belga en la Universidad Libre de Bruselas, diplomada en Museología y un curso en la Sorbonne de París con beca de la Embajada Francesa en España.
Dos años de Prácticas de Museología en el Museo del Prado sección del siglo XIX.
En Museología cinco años decisivos en el Comité de ICOFOM DE UNESCO, años efervescentes en los que se proponen paradigmas, se define el Museo en una acepción todavía vigente y se crean nuevos órganos de comunicación. Y en aquellos años la “Teoría de Sistemas” se me abrió como paradigma irrenunciable de pensamiento, desde una proyección humanística, que parecería antitética, pero que se me presentaba como la puerta de la solidaridad y de la tolerancia.
Sin solución de continuidad en mi vida como pintora, de honda formación técnica, muy especialmente dedicada al retrato, atraída por el interés, tanto teórico como práctico que el ser humano ofrece y ha ofrecido en su efigie. Algo a lo que no ha sido ajeno el período juvenil de copia en el Museo del Prado, con el enorme acicate nunca perdido de llegar a comprender la motivación profunda que diferencia los mejores artistas y aquello que les une y en lo que creo ver la especificidad del ARTE.
Quizás los intereses teóricos, el cuestionamiento continuo de los asertos permanentemente asumidos forma parte de mi propia identidad y continúa conmigo a través de los años, lo que me hace especialmente curiosa y abierta a varios frentes, sin que mi voluntad no sea otra que profundizar, ahondar en las cuestiones que me inquietan, convencida como estoy de que el Arte, como forma de vida se enraíza en las vivencias múltiples del medio entorno.
Ello me llevó a iniciar DICMA en 1982, grupo cultural que sigue vivo, al que me doy con enorme interés y del que recibo la más humana y entrañable compensación, que resulta de compartir intereses, conocimientos y tiempo de amistad fraguada con los años. De no menor interés y durante muchos años y en varios frentes es la tarea que se lleva a cabo desde el Club de Campo-Villa de Madrid en el que participo como Delegada de Actividades Culturales del mismo.
Al paso de los mismos voy viendo con más claridad que vida y obra se van configurando mutuamente, desinteresada de una trayectoria ad hoc, por libre, sin las coacciones que atan a las conveniencias, lo que junto con una indescriptible libertad, conlleva el tributo de una cierta marginalidad. La Filosofía (como materia específica, pero muy especialmente por el amor a conocer), ha sido y es mi base de partida de obra y de vida.
Durante años participé como profesora y en mis charlas asiduas he procurado llevar a quienes tenía el placer de considerar oyentes o alumnos la inquietud por la indagación, el interés por ahondar y descubrir y el cuestionar lo aceptado hasta el personal convencimiento justificado.
Debo confesar que me interesó especialmente el público infantil, a quien dediqué un valioso tiempo en profundidad y traigo a mi recuerdo la HAPPY HOUSE de Saint Anne’s School, que se anticipó al ciclo “ preescolar infantil” posterior español .
Fue la ocasión de valorar la enorme responsabilidad del cometido formativo en esos primeros años y me dio ocasión de comprobar la importancia de la expresión artística en el desarrollo infantil. A uno de esos alumnos le debo pasados los años el empeño de la proyección que la tecnología ofrece como necesaria en la actualidad para “ser garantes de la existencia”.
Cito porque, como digo, ha tenido igualmente repercusión en mi obra pictórica mi interés por la Arqueología, interés que se ha traducido en hondas vivencias y en el proyecto que me ronda y que ha influido en una parte decisiva de mi pintura desde los años 80. Es la vuelta a los orígenes, de lo que tomo prestado del profesor Pérez Gago y su “Estética Originaria” [1]en un campo que correspondería desde mi enfoque a una “ tipología representativo-eidética” y que, remontándonos a la Prehistoria, se mantiene en el Arte en un terreno en el que el Artista se proyecta como portador del privilegio creador en grado sumo. Es el aspecto mistérico de la sacralidad de la representación, llamémosle ARTE, en un sentido que poco o nada tiene que ver con utilizaciones decorativas o divertimentos y que se comprende en relación intima con el objeto y con el sujeto en contacto. Es ese saber callado, que citan los mejores y que sin embargo da sentido a la vida misma.
[1] Es para mi una satisfacción haber recibido el premio de la Fundación salmantina Pérez Gago de “ Estética Originaria” por el artículo” El Greco desde la Estética Originaria, como pensamiento de vanguardia” en 2014.