Albert Rivera presentó esta tarde en el Club Siglo XXI, en Madrid, el libro de Javier Nart, Nunca la nada fue tanto, de Ediciones Península. 

El presidente de Ciudadanos ha hecho una pausa en su agenda de candidato a la Presidencia del Gobierno de España, acompañado del equipo de Susanna Griso, con quienes está grabando el programa "Dos días y una noche con...":

Javier Nart ha sido muchas cosas a lo largo de su vida. Abogado, escritor, corresponsal de guerra en múltiples escenarios bélicos; fotógrafo… y ahora político con fecha de caducidad. En este libro, Nunca la nada fue tanto, recuerda algunos de esos conflictos y los convierte en una suerte de autobiografía, fragmentaria y anárquica, pero auténtica. La de quien odiando la guerra la encontró, y buscando la paz se dio de bruces con la aventura.

Herido en Nicaragua en plena revolución sandinista y dado de alta en Beirut. Reportero en Camboya, el primero que entró con los jemeres rojos. Allanador del no tan inexpugnable búnker de Macías en Guinea Ecuatorial. Expedicionario en el Darfur sudanés durante el genocidio. Condenado a muerte en Chad, donde coaligó a la guerrilla y al ejército que juntos derrotaron y humillaron a Gadafi. Testigo de la lucha contra el Estado Islámico en Irak y Libia, donde pudo comprobar in situ que las potencias occidentales permitían que los terroristas islamistas mantuvieran operativas sus vías de suministro…

Esto y mucho más forma parte de la biografía de este aventurero de la vida hoy político en el Parlamento Europeo, pero siempre dispuesto a emprender un nuevo viaje apasionante.

Conferencia de Javier Nart

Javier Nart, eurodiputado por Ciudadanos, periodista, corresponsal de guerra, jurista, escritor y analista analizó en una conferencia en el Club Siglo XXI, la importancia de la escucha y del respeto en política y en toda negociación.

Nart, incansable viajero, ya desde muy joven con 17 años, estuvo en países de conflicto como Turquía, Alejandría o Beirut después de la Guerra de los Seis días, y como anécdota fue detenido por hacer una foto a la flota rusa. Sin embargo, quedó sorprendido del buen trato recibido por el oficial de la policía egipcia cuando estuvo arrestado un día.

Para el eurodiputado, experto y buen conocedor de la Política Exterior, reclamado en numerosas ocasiones para negociar y colaborar en asuntos gubernamentales, considera necesario la buena escucha “es una aproximación a la realidad desde el conocimiento, y nos va a llevar a una conjunción de pensamiento para obtener un resultado.”

Por eso dice “cuando viajas primero escuchas y luego observas, y esto que es fundamental no se da en la realidad política, cuando se está en un debate, no hay apenas escucha, casi no existe porque se está más atento a responder con un no a tu oponente como si fuera un partido de tenis”.

Este versátil y buen comunicador dice sin tapujos lo que piensa, y lo políticamente incorrecto se convierte en una argumentación lingü.stica de datos y fechas que lo hacen brillante. Incide en la importancia de saber escuchar, que aprendió “en el desierto con una luna llena que te permitía incluso leer textos jurídicos.” Allí, en esas tierras del Tuareg es cuando “pueden pasar 2 o 3 segundos o más para obtener una respuesta y hacer de la escucha una herramienta estratégica”

El político de Ciudadanos, experto en asuntos de Seguridad y Defensa, habiendo negociado entre la guerrilla del Chad con el ejército libio, incide que siempre había un código de honor” “si te decían que iba a ir bien, saldría bien, aunque estuvieras en una situación de condena de muerte”. Ese código de honor también lo ha vivido con el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de Libia, Jalifa Haftar, “que pagaba a las milicias para conseguir un gobierno de unidad”. Respetar ese código era más bien entender al otro y su cultura en una civilización que, aunque estuviera en guerra, sin embargo “había un código de honor”. Ahora las cosas han cambiado por el problema yihadista y el Daesh en apoderarse con el control del tráfico de armas, los yacimientos de petróleo y gas.

En su opinión, “lo importante es empatizar con las personas y socializar el problema”. Concluyó que, tras años de experiencia, conocer lugares y solucionar problemas, en estos países de conflicto, “el grado de participación debe ser de respeto frente al otro, aunque se esté en desacuerdo de posiciones. “Y surge una relación especial de entendimiento, se puede discrepar claramente siendo respetado y respetar al otro.”

Allende Martín de Mateo

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